Materiales y materias primas críticas en la transición energética
Resumen C
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Relevancia
La transición energética hacia una economía descarbonizada en 2050 plantea nuevos desafíos para el suministro de materias primas minerales, que son necesarias para el desarrollo de las tecnologías e infraestructuras de las energías renovables.
La rapidez con la que crece la demanda de estos recursos, su distribución geográfica,la falta de sustitutos adecuados y asequibles, y su importancia para la economía global, los convierte en elementos de dependencia entre naciones, tensión geopolítica y herramientas de guerra comercial. La dependencia de estas materias primas minerales plantea desafíos geopolíticos, sociales y ambientales significativos, que deben tenerse en cuenta en un escenario en el que la Unión Europea (UE) busca reforzar su seguridad económica y autonomía estratégica. Todo ello con la finalidad de garantizar cadenas de suministro de materias primas minerales resilientes, seguras y sostenibles.
Este informe aborda la complejidad de las cadenas de valor de las materias primas minerales, sus impactos socioambientales y los desafíos económicos y de gobernanza que plantea a España y a la UE.
Materias primas fundamentales o críticas para la UE
Las materias primas fundamentales o críticas son aquellos elementos y recursos minerales que tienen gran importancia económica para la UE, y cuyo suministro tiene un elevado riesgo de sufrir interrupciones. La Comisión Europea ha identificado 34 materias primas fundamentales, de las cuales 17 son además consideradas estratégicas, ya que son esenciales para el funcionamiento y la integridad de sectores estratégicos como las energías renovables, movilidad eléctrica, el ámbito industrial, digital, aeroespacial y de la defensa. Algunos ejemplos incluyen el litio para la fabricación de baterías, el silicio metal para los paneles fotovoltaicos, las tierras raras para las turbinas eólicas, o los metales del grupo platino para los electrolizadores empleados en la producción de hidrógeno. A la creciente demanda de materias primas minerales impulsada por la transición energética hay que sumar las exigencias en estos recursos del resto de sectores de la economía. Esto resulta en un desequilibro entre la oferta y la demanda de recursos minerales, que eleva el riesgo de rupturas en las cadenas de suministro de algunas materias primas.
En el foco
La distribución geográfica de los recursos geológicos y el contexto geopolítico global son determinantes en la configuración del mercado de las materias primas minerales. La elevada concentración geográfica de algunas materias primas minerales pone de manifiesto la hegemonía de ciertos países tanto a nivel de explotación minera como de procesamiento y refinado de los recursos minerales. Entre los proveedores a nivel mundial de materias primas fundamentales destaca el papel de China (tierras raras), Rusia y Sudáfrica (metales del grupo del platino), Indonesia (níquel), Australia (litio), Estados Unidos (helio y berilio), Chile (cobre y litio), Brasil (niobio) y la República Democrática del Congo (cobalto), entre otros. Además, la competencia tecnológica entre EE.UU. y China, junto con las restricciones a la exportación de materias primas estratégicas por motivos de seguridad nacional, han generado una gran incertidumbre geopolítica en el comercio de estos recursos.
La producción de minerales en la UE, y por tanto España, no cubre las necesidades propias, por lo que se trata de una región vulnerable con una alta dependencia de las importaciones de terceros países. Aun así, España es un país con tradición minera y recursos minerales propios, entre los que destaca la producción de minerales metálicos (cobre y estaño), minerales industriales, rocas ornamentales y productos de cantera. España puede aportar capacidad extractiva a la UE, para lo que necesita actualizar los datos sobre sus recursos geológicos utilizando las nuevas técnicas disponibles.
La extracción de materias primas minerales y su procesamiento tienen un impacto directo sobre el medio ambiente y las comunidades locales, lo que puede generar oposición a los proyectos mineros tanto en España como en otras partes del mundo. Se pueden producir una serie impactos negativos durante las distintas etapas del ciclo minero, que afectan al aire, el suelo y el agua, además de generar residuos peligrosos. A nivel social, la minería puede generar riqueza y empleo en las comunidades locales, pero también crear desigualdades sociales y económicas, desplazar comunidades, aumentar la competencia del suelo, así como producir cambios en la demografía y cultura de las mismas. Las desigualdades sociales pueden ser aún más agravantes en algunos países ricos en recursos minerales y con índices de gobernabilidad bajos, como ciertos países de América Latina o África.
Horizonte
La UE se enfrenta a diferentes desafíos sociales, económicos, ambientales y de gobernanza, que aumentan el riesgo de perder competitividad en la transición energética. Este escenario ha llevado a muchos países a adoptar políticas para garantizar el suministro resiliente, seguro y sostenible de materias primas fundamentales y de las tecnologías asociadas.
En el marco de la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, la UE pretende aumentar la explotación de recursos mineros domésticos para producir al menos el 10 % del consumo anual de materias primas estratégicas de la Unión y aumentar su capacidad de procesamiento para producir al menos el 40 % de su consumo anual en 2030. Para ello, impulsa el desarrollo de “proyectos estratégicos” que podrán tener procesos de permisos simplificados, lo que responde a la demanda de las industrias mineras de agilizar los trámites y autorizaciones de los proyectos mineros. También pretende diversificar sus fuentes de suministro de manera que ningún tercer país represente más del 65 % del consumo anual de la UE para una materia prima estratégica concreta. La promoción de un ecosistema industrial ligado al territorio, que incluya varios eslabones de las cadenas de suministro, puede aumentar el valor añadido de los productos y crear riqueza y conexión con diferentes mercados.
El aumento en la demanda de recursos minerales pone de manifiesto la necesidad de fortalecer la coordinación de los estándares de desempeño social y ambiental, con el fin de llevar a cabo una transición energética que minimice los impactos negativos y se adapte al desarrollo de las comunidades locales. La creación de procesos participativos desde las fases iniciales de los proyectos de minería, la comunicación transparente y el cumplimiento de buenas prácticas sociales y ambientales son algunos de los mecanismos que pueden ayudar a establecer una relación de confianza entre las empresas, gobiernos y las comunidades locales. Del mismo modo, el fomento de la economía circular y el diseño ecológico, basadas en la reparación y reutilización de las tecnologías, así como en el reciclado de las materias primas, pueden ayudar a reducir la presión sobre la extracción primaria de los recursos minerales. La UE tiene como objetivo aumentar su capacidad de reciclado para cubrir al menos el 25 % del consumo anual de materias primas estratégicas, y recuperar cantidades cada vez mayores de cada materia prima. Sin embargo, aún se necesitan superar ciertas barreras para que el reciclado sea técnica y económicamente más competitivo.
Key Ideas
- Las materias primas minerales denominadas fundamentales o críticas se emplean en la fabricación productos tecnológicos asociados a sectores relevantes para la economía y tienen un riesgo elevado de sufrir interrupciones en su cadena de suministro. Estas incluyen a las materias primas estratégicas, que son clave para los sectores estratégicos de las energías renovables, movilidad eléctrica, el ámbito industrial, digital, aeroespacial y de la defensa.
- La rapidez con la que crece la demanda de materias primas fundamentales debido a la transición energética puede generar una potencial brecha entre la oferta disponible y las necesidades proyectadas, lo que eleva el riesgo de sufrir disrupciones en las cadenas de suministro globales. Esto ha generado una competencia estratégica de los estados para garantizar el suministro de materias primas fundamentales y de tecnologías asociadas.
- La distribución de algunas materias primas minerales está mucho más concentrada a nivel geográfico que la del petróleo o el gas natural, lo que ha creado un nuevo escenario geopolítico entre países productores y países consumidores. Si bien la concentración de la producción es improbable que cambie en el largo plazo, los elevados precios de los minerales fomentan nuevos proyectos en ubicaciones menos habituales y a partir de nuevas fuentes.
- Las restricciones a las exportaciones de determinadas materias primas estratégicas alegando motivos de seguridad nacional en un contexto de competencia tecnológica entre EEUU y China ha creado un entorno económico incierto en el comercio de estas materias primas, en donde la geopolítica está adquiriendo cada vez una mayor relevancia.
- La Unión Europea, y por tanto España, presenta una elevada vulnerabilidad como región dependiente de las importaciones de materias primas fundamentales y de productos procesados de terceros países, en especial de China. En este contexto, destacan los objetivos de la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales para aumentar la extracción, procesamiento y reciclaje de materias primas estratégicas en el territorio comunitario al 10%, 40% y 25% respectivamente, disminuyendo su dependencia externa al 65%.
- España tiene el potencial de suministrar materias primas al mercado nacional y a la UE para reducir su dependencia exterior, ya que cuenta con recursos minerales propios y tradición minera. La actualización de los datos de sus recursos geológicos utilizando las nuevas técnicas disponibles, la inversión en investigación para el descubrimiento de nuevos yacimientos, así como la agilización de los trámites para la obtención de licencias son puntos clave para el desarrollo de la industria minera, lo que contribuye a la autonomía estratégica y a la creación de valor en el territorio.
- El riesgo de perder competitividad en la transición energética ha llevado a muchos países, entre ellos la UE, a adoptar políticas para garantizar el suministro seguro, sostenible y diversificado de materias primas fundamentales y de las tecnologías asociadas.
- El desarrollo de cadenas de valor que integren varios eslabones en el propio territorio, desde la minería y la metalurgia a la fabricación de componentes y equipos y su reciclado, puede contribuir a reducir la vulnerabilidad europea, fortalecer su ecosistema industrial y crear valor en el territorio.
- La extracción de materias primas y su procesamiento tienen un impacto directo sobre el medio ambiente y las comunidades locales, lo que puede generar oposición a los proyectos mineros. En este sentido, las comunidades locales reclaman poder decidir sobre su propio modelo de desarrollo en el territorio, y si éste incluye o no la opción minera.
- La creación de procesos participativos desde las fases iniciales de los proyectos de minería, la comunicación transparente y el cumplimiento de buenas prácticas sociales y ambientales pueden ayudar a diseñar un plan de desarrollo que beneficie a la comunidad local y minimice los impactos negativos de la actividad.
- El contexto actual plantea la necesidad de aplicar medidas dirigidas a reducir la demanda y la presión sobre la extracción primaria de minerales para mejorar la sostenibilidad de las cadenas de valor y alcanzar los objetivos de la agenda climática europea.
- El ecodiseño, la reparación y la reutilización de productos tecnológicos, así como el reciclado de metales son estrategias clave para el desarrollo de un flujo secundario de materias primas minerales, lo que aumenta la circularidad y eficiencia del sistema, y reduce la presión sobre la extracción primaria de los recursos minerales, pero sin llegar a sustituirla. El aumento de las tasas de reciclaje requiere la mejora de los canales de recogida y separación de productos al final de su vida útil, el desarrollo de procesos de reciclado técnicamente viable y económicamente más competitivos, y un marco legal favorable, entre otros factores.
Personal experto, científico e investigador consultado*
- Alonso Zarza, Ana María. Directora, Instituto Geológico y Minero de España (IGME - CSIC).
- Álvarez Pelegry, Eloy. Académico de Número, Real Academia de Ingeniería de España. Profesor Ad-Honorem ETSIME Madrid.
- Bobba, Silvia. Responsable de proyectos científicos, Centro Común de Investigación, Comisión Europea, Italia.
- Carrara, Samuel. Responsable de proyectos científicos, Centro Común de Investigación, Comisión Europea, Países Bajos.
- Conde Puigmal, Marta. Investigadora, Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA), Universitat Autonoma de Barcelona (UAB).
- Cuesta López, Santiago 1. Director general, Centro internacional de materiales avanzados y materias primas (ICAMCYL). Director general, Clúster para la Minería Sostenible (ISMC).
- de la Torre de Palacios, Luis. Director de la Cátedra Robeco/ UPM-ETSIME en Sostenibilidad y Recursos Primarios. Profesor Dr. ENAE Business School.
- Dufour Andía, Javier. Catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Jefe de la Unidad de Análisis de Sistemas, IMDEA Energía.
- Feás, Enrique. Investigador principal, Real Instituto Elcano.
- Herrera García, Gerardo. Profesor de Investigación, Instituto Geológico y Minero de España (IGME - CSIC). Experto Nacional Destacado, Comisión Europea DG Grow II, Bélgica.
- Hidalgo García, María del Mar. Analista principal, Instituto Español de Estudios Estratégicos.
- Jorge Ricart, Raquel. Analista de política internacional y agenda tecnológica y digital, Real Instituto Elcano. Investigadora principal, Global Initiative on the Future of the Internet, European University Institute.
- Kim, Tae Yoon. Analista de tecnologías de energía de la Agencia Internacional de la Energía (IEA). Francia.
- Kuzov, Teodor. Responsable de proyectos científicos, Centro Común de Investigación, Comisión Europea, Países Bajos.
- López Gómez, Félix Antonio. Investigador científico, Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC).
- Magnani, Nicola. Responsable de proyectos científicos, Centro Común de Investigación, Comisión Europea, Países Bajos.
- Moratilla Soria, Yolanda Beatriz. Académica de número en la Real Academia de Doctores de España.
- Palacín Peiró, Mª. Rosa. Profesora de Investigación, Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC).
- Prior Arce, Ángel. Responsable de proyectos científicos, Centro Común de Investigación, Comisión Europea, Países Bajos.
- Riera-Galindo, Sergi. Científico titular, Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC).
- Sánchez García, Teresa. Investigadora, Instituto Geológico y Minero de España (IGME - CSIC).
- Timón Sánchez, Susana María. Científica titular, Instituto Geológico y Minero de España (IGME - CSIC).
- Valero Delgado, Alicia. Catedrática de Ingeniería Mecánica y directora del grupo de Ecología Industrial en el Instituto Energaia, Universidad de Zaragoza.
- Vidal Legaz, Beatriz. Investigadora, Agencia Europea de Medio Ambiente, Dinamarca.
- Walter, Mariana. Investigadora Ramon y Cajal y Profesora del Institut Barcelona d´Estudis Internacionals.
Método de elaboración
Los Informes C son documentos sobre los temas seleccionados por la Mesa del Congreso que contextualizan y resumen la evidencia científica disponible para el tema de análisis. Además, recogen las áreas de consenso, disenso, las incógnitas y los debates en curso. Su proceso de elaboración se basa en una exhaustiva revisión bibliográfica que se complementa con entrevistas individuales y metodologías de consulta participativa y deliberativa basadas en el diálogo estructurado con el personal experto que posteriormente revisa el informe. La Oficina C colabora con la Dirección de Documentación, Biblioteca y Archivo del Congreso de los Diputados en este proceso.
Para la redacción del presente informe la Oficina C ha referenciado 237 documentos y consultado a un total de 25 personas expertas en la materia. Se trata de un grupo multidisciplinar en el que el 48 % pertenece a las ciencias físicas e ingenierías (ciencia de los materiales, física, ingeniería ambiental, ingeniería industrial, ingeniería mecánica, ingeniería de minas), el 28 % pertenece a las ciencias de la vida (ciencias ambientales, geología, química) y el 24 % a ciencias sociales, humanidades y economía (ciencias políticas, ciencias sociales, dirección de empresas, economía). El 68 % trabaja en centros o instituciones españolas mientras que el 32 % lo hace en una institución extranjera.
La Oficina C es la responsable del contenido del informe y actúa como supervisora editorial del mismo.
Cómo citar
Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados (Oficina C). Informe C. Materiales y materias primas críticas en la transición energética. (2024) www.doi.org/10.57952/gbrz-xn19